El corcho es producido como materia prima industrial y su silvicultura se enfoca en la obtención de un material con las características técnicas necesarias. Actualmente el producto de corcho más valorizado es el tapón natural para botellas de vino y esto marca los objetivos de producción. La plancha de corcho debe tener un espesor suficiente para perforar el tapón (un espesor de corcho limpio de más de 24 mm). Este calibre está en relación con el crecimiento anual medio del corcho: el índice de crecimiento (los primeros 8 años completos de un ciclo) deberá ser utilizado como el primero parámetro-clave  para la producción. 

Se sabe que la genética y las condiciones ambientales influyen en este índice y los escenarios de cambio climático con más periodos de sequía  tendrán un impacto negativo. Otros parámetros-clave tienen que ver con: (i) el valor comercial de los tapones que considera principalmente la porosidad lenticular, las inclusiones leñosas y otras heterogeneidades; y (ii) el comportamiento del producto final en lo que se refiere a la estanqueidad de la botella y a la transferencia de oxígeno al vino, que dependen de la densidad y de características fundamentales del corcho en cuanto a su estructura celular y composición química.